Tanto juntos, como separados, Roso y Cristian son fuerza. Un amor de juventud, dos moteros y dos personas con un carácter muy marcado. ¡Un torbellino de emociones nos esperaban en su día!

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Cristian se preparó en su casa junto a su madre y a su querida Gasolina. En una casa de moteros, el nombre de su gata no podría ser otro que ese. El amor entre ellos era palpable, ya que su madre no podía dejar de besar y achuchar a Cristian en todo momento. 

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Roso optó por vestirse junto a su familia en uno de los apartamentos deluxe del Hotel Exe Prisma, ¡nos encantó la habitación! Uno por uno fueron ayudándola a ponerse ese vestido de ensueño con el que podéis verla. ¡Estaba tan guapa! Y un poquito nerviosa, ya que iba a liar una gigante por las calles de Andorra. 

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Nos montamos en el mustang del Hotel Nordic en busca de sus amigos moteros para acompañarla hasta el pasillo y darle una sorpresa a Cristian. Y así fue, recorrimos Andorra rodeados de motos hasta el Hotel Nordic. Allí la esperaba Cristian sorprendido. ¡Creo que acertó con la sorpresa!

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La ceremonia fue preciosa. Ellos, sus familiares, sus amigos... y un solazo enorme que les acompañó durante todo el día. Y después de la ceremonia, nos fuimos en moto a la Vall d'Incles a hacer su sesión de pareja. Estaba claro que su pasión tenía que estar reflejada en las fotos.

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Al volver, disfrutamos de un aperitivo bajo el sol, una comida llena de bailes y momentos divertidos. Y un fin de fiesta con una luz increíble que se colaba entre sus sonrisas. Los fuegos artificiales pusieron

el punto y final a esta gran velada.